En el centro de la ciudad de México se encuentra la torre azteca de calaveras

Como saben, los aztecas eran una tribu bastante sedienta de sangre. Las historias de sus crueles sacrificios masivos han sobrevivido hasta nuestros días, aunque los propios aztecas se han ido hace mucho tiempo. Entre los mexicanos que ahora viven en su territorio, durante siglos hubo rumores de una terrible torre de calaveras, que estaba compuesta por los restos de soldados enemigos muertos. Recientemente, expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México encontraron esta torre.

No perdonando a mujeres y niños

Los arqueólogos han encontrado una torre siniestra en la capital azteca de Tenochtitlán, donde ahora se encuentra la Ciudad de México, cerca del antiguo Templo de Major. Este templo también se conoce como la pirámide de Witsilopochtli, llamada así por la deidad suprema azteca. Según los mitos aztecas, dependía de Witsilopochtli si el sol saldría. Por lo tanto, los sacerdotes de todas las formas posibles lo tentaron con cabezas cortadas, según la leyenda, cuando nació la deidad, lo primero que cortó las cabezas de sus enemigos y los arrojó al cielo, creando la luna y las estrellas.

Los científicos esperaban encontrar en la torre los cráneos de hombres que murieron en batallas contra los aztecas. Leyendas y crónicas históricas apuntaban a esto. Pero, para su horror, los investigadores vieron que la torre estaba construida no solo de cráneos masculinos, sino también femeninos e incluso infantiles. En total, se encontraron 676 cráneos en la estructura cilíndrica.

No solo los aztecas

La torre surgió de bastidores tsompantli, que fueron construidos no solo por los aztecas, sino también por los mayas y los toltecas, a juzgar por sus imágenes en las ciudades de estas tribus. Tsompantli era un poste vertical de madera entre el cual se instalaban vigas transversales. Cráneos fueron ensartados en estas vigas.

Los primeros europeos en encontrarse con estas civilizaciones describieron con horror los templos frente a los cuales se exhibieron decenas de miles de cráneos en dichos estantes. La mayoría de los cráneos estaban en el Gran Tsompantli: como describió el cronista Andrés de Tapia, quien llegó a América con Cortés, había 136 mil cráneos en este mostrador.

Lo más probable es que el hallazgo se relacione específicamente con este edificio.

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